SIEMPRE QUE ASOMA EL OXIDO POR ALGUNA PARTE, TE LLEVAS SORPRESAS.

Esta mañana nos hemos levantado con la idea de cambiar los amortiguadores delanteros, para las nueve de la mañana ya estábamos soltándolos.

Yo creo que serían los de serie, llevaban 26 años sin cambiar y estaban muy vencidos. Les había llegado la hora de cambiarlos hace tiempo.
Amortiguador viejo y nuevo.

Al soltar una goma que lleva de protección para que no entre barro en el compartimento del motor, vimos que había algo de oxido, pero no parecía que fuese tan grave como resultó.

 Cuanto más escarbábamos con un destornillador, más agujeros se hacían.

Pasamos la amoladora y cortamos la zona oxidada.

Hacemos una plantilla y cortamos un trozo de chapa de una aleta que tenemos para estos menesteres.

Con la máquina de soldar vamos punto a punto uniendo la chapa a la carrocería.

Aplicamos una capa de convertidor de oxido, cuando secó le aplicamos una buena capa de alquitran y como nuevo.

Pensamos que el otro lado nos pasaría lo mismo, pero tuvimos suerte aquí no había atacado el oxido.

 Terminamos a buena hora, aún nos dio tiempo de ir a ver al carrocero para preguntar por un coche que tenemos allí que lleva casi dos años, yo creo que más, hemos perdido la cuenta. Le suelo preguntar a ver si el dinero de los demás clientes vale más que el mio, puesto que les hace antes los coches. Su respuesta es que el dice que a nosotros no nos corre prisa. Así van pasando los meses.