Pues esta mañana así ha sucedido, salimos de casa a las 9,15 horas de la mañana y sobre las diez de la mañana ya habíamos hecho todo, además de tomar un café con el ingeniero de la ITV que nos invitó él.
Nos hemos salido en la Puebla de Arganzón con objeto de cumplir lo acordado, los huevos con patatas fritas y chorizo. Resulta que dos restaurantes que antes eran muy concurridos, ahora estaban cerrados. Con la mismas nos hemos llegado a Vitoria y en un local de la zona, en menos de cinco minutos teníamos sobre la mesa todas las viandas.
La verdad que ha sido un almuerzo contundente. Obviamente hoy no hemos trabajado ya con los clásicos que tenemos pendientes. Pienso que ¡hay más días que ollas! y un día es un día y seis media docena.
No hay que convertir el trabajo en una obsesión, puede ser perjudicial para la salud. Y este almuerzo al lado de un amigo vale mucho, esto hay que aprovecharlo.
Ya se que algunos dirán que tiene colesterol, que no es bueno para la salud, pero "que nos quiten lo bailado"
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